Historia de la Ciudad

Término incluido dentro del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, ocupando una superficie de 1.785 Has. en el Nacional y 704 Has. en el Natural.

El municipio comprende varios núcleos de población: Huéneja, La Huertezuela, Las Cuevas, y Los Olivos.

El núcleo de Huéneja presenta una estructura urbanística, caracterizada por los barrios Castillo (antigua fortaleza) y el Albaycín (viviendas musulmanas) que conserva su entramado intacto.

Es muy interesante el paseo por los alrededores de Huéneja, el Área Recreativa de “Los Castaños”, la ruta de los Molinos de Izfalada, así como visitar el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada en su recorrido por Huéneja.

Como curiosidad, la existencia de personas del municipio de Huéneja que se dedicaban a cazar los lobos que infringían daños al ganado y enseñaba sus capturas a los pastores a cambio de dinero, dio lugar a la denominación de “Loberos” a los naturales de la población.

 

RESUMEN HISTÓRICO DE HUÉNEJA

 

La población de Huéneja se asienta en el Sened, en su zona más meridional, precisamente donde se bifurcan las cuencas hidrográficas del mediterráneo, por Almería, y el Atlántico por la senda del Fardes / Guadalquivir. Hay indicios de asentamientos humanos desde la época del Algar, como lo demuestran los hallazgos de numerosos objetos y sepulturas en un paraje próximo a esta localidad, aunque su topónimo es de época árabe, alusivo a la rotura del terreno y consiguiente paso de aguas.

En la época islámica se caracterizó como fortaleza, construyéndose un castillo llamado de reniha o guenichea. Es de destacar la estancia de Boabdil en las alquerías de Huéneja desde el 27 de septiembre al 3 de octubre de 1.490.

Debido a su situación en el Sened, no siempre fue incluido en el Zenete. Al producirse La Reconquista por los Reyes Católicos en 1.491, el rey Fernando concedió esta villa a don Álvaro de Bazán, el 20 de junio de 1.492, los reyes concedieron otra merced a D. Rodrigo de Vivar y Mendoza en atención a los servicios prestados durante la guerra de Granada. Este hecho es un acontecimiento transcendental para la comarca, por cuanto se recupera con ello la unidad política y administrativa que ya tuviera esta zona en época musulmana.

Su emplazamiento estratégico le ha hecho tener un papel destacado desde tiempos prehistóricos, a esto ha contribuido la abundante presencia de agua y una importante riqueza minera. Actualmente es el único pueblo del Marquesado donde todavía quedan minas en explotación.

Será tras la rebelión de los moriscos, en la que tomaron parte activa los habitantes del Zenete, cuando la represión y las consecuencias de ésta lleven a estas tierras a un importante empobrecimiento debido fundamentalmente a la perdida de población y el consiguiente abandono de unas tradicionales actividades económicas que eran altamente rentables.

Después de una fase progresiva de incremento de población, detectada a partir de mediados del siglo XVIII y que se mantuvo durante el siglo XIX, el proceso demográfico experimentó un fuerte retroceso igual que en el resto del marquesado, tanto es así que en la década de los sesenta se produce una migración masiva de los habitantes, llegando sus efectos hasta la década de los noventa, momento en el que se estabiliza la población.

En la actualidad se están realizando importantes esfuerzos para crear una oferta diversificada de actividades económicas ante la grave crisis económica.